La osteocondritis disecante es una enfermedad articular en la que el hueso que se encuentra debajo del cartílago de una articulación muere debido a la falta de flujo sanguíneo. Este hueso y cartílago pueden desprenderse, lo que causa dolor y posiblemente dificulta el movimiento de la articulación.
La osteocondritis disecante ocurre con más frecuencia en niños y adolescentes. Puede causar síntomas, ya sea después de una lesión en una articulación o después de varios meses de actividad, especialmente a causa de actividades de alto impacto como saltar y correr, que afectan a la articulación. Esta enfermedad se observa con mayor frecuencia en la rodilla, pero también se manifiesta en los codos, los tobillos y otras articulaciones.
No se sabe cuál es la causa de la osteocondritis disecante. Un menor flujo sanguíneo en el extremo del hueso afectado podría ser el resultado de traumatismos reiterados (varios episodios pequeños de lesiones menores no reconocidas que dañan el hueso). Puede haber un componente genético, lo que hace que algunas personas sean más propensas a este trastorno.
Según la articulación afectada, los signos y síntomas de la osteocondritis disecante podrían incluir los siguientes:
- Dolor.
- Inflamación y dolor a la palpación.
- Chasquido o bloqueo articular.
- Debilidad articular.
- Disminución de la amplitud de movimiento.
Generalmente la lesión es detectable en radiología convencional. La localización más frecuente es en el cóndilo interno (70%) le siguen en frecuencia el cóndilo externo (20%) y la rotula (10%).
Si el fragmento lesionado se desprende será necesaria su extirpación quirúrgica por vía artroscópica o a cielo abierto.
Si la lesión se localiza en la zona de carga, podría ser necesario realizar un injerto osteocondral o un injerto de condrocitos. Las lesiones estables del niño suelen curar de forma espontánea.
El tratamiento fisioterapéutico previo a la cirugía consistirá en:
- Manejo de dolor mediante electroterapia analgésica
- Disminuir la hipotrofia muscular
- Aumentar y/o mantener la movilidad de la extremidad afectada
- Uso de bastones para reducir la carga sobre la extremidad
Posterior a la cirugía: - Electroterapia analgésica y antiinflamatoria
- Crioterapia y posterior termoterapia
- Ejercicios de equilibrio
- Ejercicios para fuerza muscular
- Estiramientos
- Actividades enfocadas a la practica deportiva (si realizaba).